El conflicto en Ucrania
presenta antecedentes que se remontan al proceso de independencia de este país
en 1991. La escalada del conflicto afecta principalmente a Ucrania y a Rusia, y
en menor medida puede alcanzar a la Unión Europea; teniendo como principales
perdedores a la propia población ucraniana, sea cual sea su origen étnico.
Cardone, (2014)
Antecedentes
históricos.
En el año 1922 Ucrania entró a formar parte de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas tras la guerra civil interna y posterior conflicto en
contra de Polonia donde Ucrania quedó dividida en dos: una parte fue anexada
por Polonia y la otra por la URSS.
En los años 20, José Stalin promovió la colectivización de la
agricultura. El estado asignaba las cuotas de alimento a los campesinos que,
incapaces de subsistir, murieron por millones. La mayoría ucranianos. Entre
1932 y 1933, se la bautizó a ese periodo como holodomor o la gran hambruna.
Los años 1938 y 1939 en la URSS se conocieron como el Gran Terror,
Stalin procuró eliminar lo que consideraba sus enemigos políticos. Stalin
también eliminó del Ejército Rojo a los militares de alto rango de origen
ucraniano. Eso supuso asesinar al 75% de los oficiales de su ejército.
Durante la Segunda Guerra Mundial la mayoría de los ucranianos combatió
contra los invasores nazis, pero también se crearon poderosos grupos militares
que combatieron a los rusos, y que incluso se aliaron con los nazis. De hecho
se creó toda una División de las SS llamada Galicia o Galitzia. Muerto Stalin,
Nikita Krushev cambió el rumbo de las relaciones entre los países que
conformaban la Unión Sovíetica. La URSS invirtió muchos recursos en convertir a
Ucrania en un soviet industrial. Le siguió Leonid Brézhnev, de origen
ucraniano. Tanto fue el entusiasmo que no se dudó en levantar una central
nuclear en Chernobyl. En 1986, esa central causó el mayor accidente nuclear de
la historia en amplias zonas de Ucrania por fallas de seguridad.
En 1991, Ucrania aprovechó la debilidad de la URSS
para independizarse. Desde la independencia, Rusia ha tratado de influir en
este vasto territorio de 46 millones de habitantes. Unas veces cortando el
suministro de gas. Otras tratando de corromper a sus dirigentes y políticos. El
aparente derribo del vuelo MH17 que se estrelló en el este del territorio
ucraniano con un saldo de los 298 ocupantes muertos abrió una etapa de gran
incertidumbre en el conflicto y agravará sin duda las ya deterioradas
relaciones. A continuación se muestra una línea de tiempo con los antecedentes
más relevantes del conflicto.
Actores y
sus intereses.
De las grandes potencias involucradas en el conflicto,
quizá los E.U.A. sea el país que más se beneficia con la crisis en Ucrania. Si,
por un lado, la incorporación de Crimea a la Federación Rusa fue interpretada
como una señal de debilidad de los E.U.A. y, más particularmente, del
Presidente Obama; por otro la inestabilidad de la región y las sanciones
implementadas contra Rusia no parecen afectar significativamente intereses
norteamericanos (WALT, 2014; SAKWA, 2014). Analizado internamente, el conflicto
en Ucrania podría fortalecer el sector de los “halcones” reforzando las
críticas que el Presidente Obama viene sufriendo como consecuencia de su
política exterior. Por otro lado, la reciente decisión de la OTAN de reforzar
la frontera oriental, permite a los E.U.A. contar con una fuerte presencia en
la región compartiendo los costos de dicha presencia con sus aliados
atlánticos. En cuanto a la Unión Europea (UE) la situación es mucho más
compleja. La inestabilidad en la región significa riesgos importantes en
términos de las consecuencias del conflicto y la necesidad de gastos de
seguridad. La cantidad de refugiados y ayuda humanitaria que se precisaría,
sumados a los costos militarización de la frontera en caso de un enfrentamiento
armado a gran escala en Ucrania (sin contar con una intervención directa en el
conflicto) son lo suficientemente elevados como para justificar una posición
moderada a respecto de la crisis.
Consecuencias
del Conflicto.
Entre las opciones disponibles parece poco probable que
Rusia se retire de Crimea o acepte cualquier salida al conflicto en lo restante
del territorio Ucraniano que no contemple, al menos mínimamente, sus intereses
de seguridad y la de los ucranianos de origen étnico ruso (MEARSHEIMER, 2014).
Como opción política y económica la conformación de un eje con China parece ser
la señal de fuerza más clara hasta el momento al tiempo que se pretende dar
énfasis a los BRICs como polo alternativo al de las potencias occidentales
(ROSSI, 2014). De cualquier modo, la capacidad que estas medidas tienen para
moderar los impactos negativos sobre la economía rusa y el “cerco” político
instalado por occidente parece muy limitada, al menos en el corto y mediano
plazos. Ucrania, por su parte, es el claro perdedor de la crisis. Con una parte
del territorio perdido, su economía duramente afectada, y una grande cantidad
de muertos en el conflicto armado entre las fuerzas oficiales y las fuerzas
separatistas 4, el saldo se revela como claramente negativo, en una nación que
presentaba ya problemas sociales.
Conclusiones
de carácter Geopolítico Energético
La eventual inclusión de Ucrania en la Unión
Europea (uno de los factores causantes de la revuelta social reciente) es a su
vez un elemento geopolítico clave del conflicto ruso-ucraniano, toda vez que
Rusia no acepta que las fronteras de Europa se sitúen directamente en sus
propias fronteras, generando un nuevo cerco de países pro-occidentales y
anti-rusos, como en la época de la URSS. Rusia en este sentido, obedece hoy a
la persistente lógica histórica de disponer siempre de un conjunto de
¨Estados-colchón¨, que sirvan de ¨espacio de amortiguación¨ frente a los
riesgos geopolíticos y amenazas procedentes de Occidente (recuerdo ancestral de
la invasión napoleónica de 1812 y del desvastador ataque de la Alemania
hitleriana de 1941). Esta lógica de encierro geopolítico explica la creación
del Pacto de Varsovia en 1946, que significó una serie de Estados colchón que
protegían la frontera rusa (o soviética): Polonia, Checoeslovaquia, los Estados
balticos, Hungría, Bulgaria y Rumania. En las condiciones actuales, Rusia ha
logrado marcar un punto de suma importancia: ha logrado transmitir a Occidente
que en la cuestión de Crimea solo defiende sus intereses nacionales y ha
transmitido a la dirigencia ucraniana, que sus decisiones deberán tomar en
consideración los intereses de su vecino ruso.
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFICA
Cardone, I. El Conflicto en
Ucrania: los Intereses de las Grandes Potencias y los Perdedores de siempre,
Conjuntura Global, Volumen.3, 2014.
MEARSHEIMER, John J. Getting Ukraine Wrong. New
York Times. 13 de Mar. 2014.
ROSSI, Clóvis. O início de um
eixo anti-EUA. Folha de São Paulo. San Pablo: 22 de May. 2014.
WALT, Stephen. No Contest. Foreign Policy. 3
de Marzo de 2014.
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